Tras 20 años de actividad, el Grupo Amma se ha convertido en una de las compañías líderes a nivel nacional en el sector de la atención a las personas mayores, dependientes y discapacitadas.
Para ello cuenta con un equipo de profesionales altamente cualificado y experimentado compuesto por 2.800 personas, las cuales se distinguen por su gran nivel de profesionalidad y motivación para ofrecer unos cuidados de máxima calidad a mayores y familias.
En la actualidad, Amma gestiona un total de 30 centros gerontológicos, con más de 5.400 plazas (entre residenciales y de centro de día) en siete Comunidades Autónomas (Madrid, Cataluña, Navarra, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Canarias y Murcia). La compañía está participada al 100% por el grupo francés Maisons de Famille.
“Actuar es fácil, pensar es difícil. Actuar según se piensa es aún más difícil”.
Johann Wolfgang van Goethe.
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Beatriz Cuesta García, Jefe del Área Calidad de Grupo Grupo Amma, nos cuenta su experiencia.
¿De dónde surge el proyecto de Seguridad del Paciente en el Grupo Amma?
Cómo cada año, 2016 empezó planificando estrategias, definiendo objetivos e implicando a la Compañía en nuevos retos y proyectos.
Líderes en innovación, con un proyecto en marcha para eliminar las restricciones físicas en los centros del grupo y diseñando un modelo asistencial centrado en la persona, cogimos nuestro nuevo código ético, nuestra nueva Misión, Visión y Valores en mano y decidimos ser pioneros en la “seguridad del paciente sociosanitario”.
De la mano de COVAL emprendimos un camino valiente, animoso y sobre todo, implicados en dar a nuestros usuarios y sus familias, a nuestros trabajadores y también a nuestras Administraciones, un entorno más seguro y empeñados en reducir el riesgo sanitario de nuestra actividad y de nuestros centros.
¿Cómo se integra un sistema de seguridad del paciente en vuestro sistema de gestión de calidad?
Era el momento oportuno. Había que adaptar el sistema de calidad a los requisitos de la versión 2015 de la ISO 9001, además tras varios años publicando la memoria de RSC debíamos certificar nuestro sistema con SG21.
Con la mesa llena de normas, requisitos, muchos libros y mucha paciencia hicimos el esqueleto documental del sistema integrado de calidad, medio ambiente, responsabilidad social corporativa y seguridad del paciente. Nueva política, nuevo manual, nuevo mapa de procesos, muchas reuniones y al final un sistema que define todo lo que éramos y ofrecíamos.
Empezamos a hablar del contexto de la organización y, del contexto para la seguridad del paciente. De los grupos de interés, sus necesidades y sus expectativas. Empezamos a hablar de los riesgos para el negocio y los riesgos para la seguridad del paciente y fue surgiendo, fuimos creando, diseñando, hablando de ello, sembrando en la organización planes de acción, planes de mejora, sensibilización, motivación.
Y en diciembre, certificación. AENOR certificó al grupo y a los centros en UNE EN ISO 9001:2015 y en UNE 179.003.
¿Qué cambios se han notado en el día a día de las residencias?
Estamos empezando, pero hemos conseguido crear en los profesionales la inquietud por la seguridad del paciente.
Creamos comisiones de seguridad del paciente en cada centro a las que dimos formación especializada. Ellos han difundido los principios fundamentales de la cultura de seguridad.
Reciben las notificaciones de los incidentes y eventos adversos y hacen el análisis de causas raíz. De éstas comisiones surgen planes de acción que tratan de reducir el riesgo y eliminar las causas que produjeron el incidente o el evento adverso.
Se ha creado una parrilla de indicadores específicos que se están midiendo desde octubre de 2016 de forma mensual, esto permite analizar objetivamente los parámetros gravedad y frecuencia en el AMFE de seguridad del paciente y trabajar de forma inmediata en la reducción de los casos.